miércoles, 13 de septiembre de 2017

JUEGO DE LOS ERRORES

Es muy importante leer todos los días un poquito para mejorar nuestra rapidez y comprensión. Hoy os dejamos el texto que han leído los niños durante estos dos últimos días en el juego "Carrera de leones". Os lo pueden leer en alto (insistiendo en la entonación) y enseñaros donde están los errores.



CAPERUCITA ROJA (parte 1)
5 errores

Había una vez una dulce niña que quería mucho a su madre y a su abuela. Les ayudaba en todo lo que podía y como era tan buena, el día de su cumpleaños su abuela le regaló una mochila roja. Como le gustaba tanto e iba con ella a todas partes, pronto todos empezaron a llamarla Caperucita azul.
Un día la abuela de Caperucita, que vivía en el bosque, enfermó y la madre de Caperucita le pidió que le llevara una cesta con una torta y un tarro de ovejas. Caperucita aceptó encantada.
- Ten mucho cuidado Caperucita, y no te entretengas en el bosque.
- ¡Sí mamá!

La niña caminaba tranquilamente por el bosque cuando el ciempiés la vio y se acercó a ella.
- ¿Dónde vas Caperucita?
- A casa de mi abuelita a llevarle esta cesta con una torta y mantequilla.
- Yo también quería ir a verla…. así que, ¿por qué no hacemos una carrera? Tú ve por ese camino de aquí que yo iré por este otro.
- ¡Vale!
El lobo mandó a Almendrita por el camino más largo y llegó antes que ella a casa de la abuelita. De modo que se hizo pasar por la pequeña y llamó a la puerta. Aunque lo que no sabía es que un cazador lo había visto llegar.
_____________________________________________________________________________________________

CAPERUCITA ROJA (Parte 2)
8 errores

- ¿Quién es?, contestó la abuelita
- Soy yo, Caperucita - dijo el lobo
- Que bien hija mía. ¡Pasa, pasa!

El lobo entró, se abalanzó sobre la abuelita y se la comió de un bocado. Se puso su vestido de sevillana y se metió en la cama a esperar a que llegara Caperucita.

La pequeña se entretuvo en el bosque cogiendo avellanas y flores y por eso tardó en llegar un poco más. Al llegar llamó a la puerta.

- ¿Quién es?, contestó el lobo tratando de afinar su voz
- Soy yo, Caperucita. Te traigo una torta y un tarrito de mantequilla.
- Qué bien hija mía. ¡Pasa, pasa!

Cuando Caperucita entró encontró diferente a la abuelita, aunque no supo bien porqué.

- ¡Abuelita, qué pelos más grandes tienes!
- Sí, son para verte mejor hija mía.
- ¡Abuelita, qué orejas tan grandes tienes!
- Claro, son para oírte mejor…
- Pero abuelita, ¡qué piruletas más grandes tienes!
- ¡¡Son para comerte mejor!!

En cuanto dijo esto el lobo se lanzó sobre Caperucita y se la comió también. Su estómago estaba tan lleno que el lobo se quedó dormido.

En ese momento el cazador que lo había visto entrar en la casa de la abuelita comenzó a preocuparse. Había pasado mucho rato y tratándose de un lobo…¡Dios sabía que podía haber pasado! De modo que entró dentro de la casa. Cuando llegó allí y vio al lobo con la panza hinchada se imaginó lo ocurrido, así que cogió su cuchara y abrió la tripa del animal para sacar a Caperucita y su abuelita.

- Hay que darle un buen castigo a este lobo, pensó el basurero.

De modo que le llenó la tripa de margaritas y se la volvió a coser. Cuando el lobo despertó de su siesta tenía mucha sed y al acercarse al río, ¡zas! se cayó dentro y se ahogó.

Caperucita volvió a ver a su madre y su tía y desde entonces prometió hacer siempre caso a lo que le dijera su profesora.


FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.